El resurgimiento del concepto de sociedad civil en las ciencias sociales tiene una de sus manifestaciones en el aumento de las entidades de voluntariado en las últimas décadas. Este resurgimiento y aumento de la participación asociada de la ciudadanía está siendo, en términos de R. Inglehart, uno de los indicadores del cambio cultural hacia una sociedad de valores cada vez más postmaterialistas. Además, se persigue demostrar, por un lado, que los miembros activos en organizaciones caritativas y sociales son parte de la punta de lanza del cambio de valores, y mostrar, por otro lado, los rasgos principales de la cultura política y social del voluntariado.
Al hablar de la sociedad civil, hablamos más que de una moda; hablamos de la realidad de la práctica social y politica, la crisis y transformación de los modelos sociales, y el rescate del término de los discursos intelectuales.
La sociedad civil tiene varios componentes, como la rica gama de asociaciones comunitarias voluntarias, pero en realidad no existe gran diferencia entre las asociaciones voluntarias que en realidad lo único que están buscando es promover valores. Pero una sociedad que este buscando formar personas buenas a través del estado, simplemente, no puede. El estado siempre tendrá grandes prioridades y eso no es una de ellas.
Las organizaciones de sociedad civil aportan a la comunidad:
• Su cercanía a los procesos sociales de base y a las poblaciones con necesidades o a quienes Han visto vulnerados sus derechos, facilita llegar a ellas, atenderlas y canalizar sus demandas.
• La capacidad de innovación y de respuesta a situaciones difíciles que permite actuar en condiciones adversas.
• La capacidad de proponer e instalar en la agenda pública temas cruciales y neurálgicos para la defensa de la democracia.
• Son generadoras de confianza y credibilidad por la constancia y persistencia de la labor que realizan.
• De forma particular, en el plano local, las organizaciones entienden que parte de su papel consiste en favorecer la gobernabilidad democrática de los territorios y promover la participación ciudadana en la vida local
En este punto este grupo de organizaciones constata una paradoja: si bien son muy importantes las experiencias de trabajo conjunto que pueden presentar las organizaciones de sociedad civil, al mismo tiempo está presente un enorme individualismo, competencia y falta de solidaridad entre muchas de ellas y persisten las dificultades para el trabajo en alianza, especialmente las restricciones de financiamiento estable y programático han promovido esta característica indeseable.
Los espacios de participación ciudadana creados por Constitución o por Ley, que son parte de un ambiente en donde se reconoce institucionalmente la voz de las Organizaciones Sociedad civil y que deben ser ocupados por sus genuinos representantes, tienen en Colombia serias amenazas: por un lado por el clientelismo, que corrompe y privatiza la participación, pero también por la cooptación o amedrentamiento de sus dirigentes por parte de grupos armados ilegales, mafias o agentes de la corrupción.
http://www.google.com.co/search?hl=es&q=Valores+de+UNA+SOCIEDAD+CIVIL&btnG=Buscar&meta=
Las organizaciones de sociedad civil aportan a la comunidad:
• Su cercanía a los procesos sociales de base y a las poblaciones con necesidades o a quienes Han visto vulnerados sus derechos, facilita llegar a ellas, atenderlas y canalizar sus demandas.
• La capacidad de innovación y de respuesta a situaciones difíciles que permite actuar en condiciones adversas.
• La capacidad de proponer e instalar en la agenda pública temas cruciales y neurálgicos para la defensa de la democracia.
• Son generadoras de confianza y credibilidad por la constancia y persistencia de la labor que realizan.
• De forma particular, en el plano local, las organizaciones entienden que parte de su papel consiste en favorecer la gobernabilidad democrática de los territorios y promover la participación ciudadana en la vida local
En este punto este grupo de organizaciones constata una paradoja: si bien son muy importantes las experiencias de trabajo conjunto que pueden presentar las organizaciones de sociedad civil, al mismo tiempo está presente un enorme individualismo, competencia y falta de solidaridad entre muchas de ellas y persisten las dificultades para el trabajo en alianza, especialmente las restricciones de financiamiento estable y programático han promovido esta característica indeseable.
Los espacios de participación ciudadana creados por Constitución o por Ley, que son parte de un ambiente en donde se reconoce institucionalmente la voz de las Organizaciones Sociedad civil y que deben ser ocupados por sus genuinos representantes, tienen en Colombia serias amenazas: por un lado por el clientelismo, que corrompe y privatiza la participación, pero también por la cooptación o amedrentamiento de sus dirigentes por parte de grupos armados ilegales, mafias o agentes de la corrupción.
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